1. Enseñales a tener perspectiva
Que tus hijos sepan que pueden reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. Enséñalos a comprender que hay diversos puntos de vistas y nadie es dueño de una verdad absoluta.
En la educación de tus hijos es muy importante enseñarlos correctamente a abrir su mente y que sean más tolerantes.
2. Dales oportunidades para que aprendan a ser amables
Los niños aprenden rápido, absorbiendo todo lo que hay a su alrededor. Esto ocurre igualmente con la amabilidad, como con cualquier otra cosa.
Conduceles a hacer pequeñas acciones que guíen este aprendizaje, como ayudar a sus amigos con cosas sencillas, como por ejemplo en hacer sus deberes, o preocuparse por los animales. Estos pequeños gestos supondrán un diferencia importante en su educación.
3. Necesitan un ejemplo a seguir
Ningún padre será perfecto, y no es necesario. Pero si es importante que el niño vea gestos de empatía y amabilidad en sus progenitores. Los padres tienen que estar en concordancia con lo que se enseña, y ser un ejemplo moral en este sentido.
4. Relájate como padre
No seas demasiado duro con los niños en cuanto a sus expectativas académicas, o sociales.
Los niños van creciendo y cambiando, y en vez de cargarle con todas las responsabilidades, sé tú quien lo aconseje y apoye. El foco es que sea una buena persona. Pregúntate por los valores que transmites a tus hijos.
5. Ayúdales a manejar sentimientos negativos.
La vergüenza, la ira y los celos pueden anular la intención de ser amable. Los niños necesitan saber que tales sentimientos son normales. Este objetivo puede ser abordado por diferentes maneras.
Según los investigadores, los niños son "filósofos morales". Cuando los adultos plantean pensamiento con problemas éticos a los niños, a estos les es más fácil ver las injusticia que surge. Es importante ponen en el radar de los niños este tipo de cuestiones ya que les ayudan a sopesar varias de sus responsabilidades con los demás y consigo mismos.
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